Muchas veces pensamos que la función de un maquillaje es cambiar por completo nuestro aspecto.
Sin embargo, y aunque esto es perfectamente posible, en la mayoría de los casos lo que se debe hacer es potenciar la belleza natural de cada rostro, al igual que con las siluetas, debemos resaltar los rasgos más bonitos.
Para conseguirlo, lo mejor es apostar por tonalidades parecidas a la de nuestra piel; y en el caso de los ojos, las sombras en tonos naturales son las más acertadas. Aunque pienses que las sombras parecen un elemento secundario, no es así, sin ellas, el maquillaje sería mucho más plano.
Lo mismo ocurre con la técnica del contouring, estos tonos nos permiten redibujar el párpado y la forma del ojo, cambiando totalmente nuestra mirada. Os recomiendo los tonos chocolate, tierra, melocotón, vainilla...La diferencia entre unos y otros está en los matices (más marrones, dorados, rosados o incluso anaranjados) y la clave, el acabado traslúcido, que nunca debería ocultar por completo nuestra piel.
Durante el día, aconsejamos sombras con un poco de brillo en todo el párpado, o bien, un acabado mate en el párpado móvil. Si buscas, un resultado más sofisticado, combínalas con eyerliner negro. Aquí os proponemos una recopilación de las mejores.
LAURA GARCIA, Beauty Director LCQIMAGEN